Sin duda, el camino de Santiago es una de las rutas a pie más conocidas de occidente, toda una experiencia dura, pero gratificante, que se convierte para muchos en una experiencia vital que les ayuda a ver el mundo de otra manera y a superarse física y mentalmente. Todo rodeado de un paisaje natural, tranquilo y de ensueño que también puedes compartir con tu perro ¡incluso puede recibir su propia credencial canina para conseguir su Compostela como tú!
Eso sí, tu camino perregrino debe tener algunas cosas en cuente, empezando por la edad y condición física y sanitaria de tu perro, ya que solo los perros sanos, jóvenes y adultos podrán realizar en camino en buenas condiciones y, al igual que tú, tras un entrenamiento previo.
Al igual que nosotros, los perros, se cansan, tienen agujetas y sufren, por lo que deben preparar el camino al igual que nosotros. Esté o no esté acostumbrado a hacer el deporte, hay que empezar a entrenar su resistencia un par de meses antes de hacer el camino con caminatas progresivamente más largas, pero lo mejor es consultar con un veterinario de confianza o un experto en fisioterapia animal para que también de un listado de ejercicios y rutinas para hacer juntos TODOS LOS DÍAS y adaptándolo todo a tu disponibilidad horaria.
La combinación de caminatas progresivamente más largas y ejercicios diarias, conseguirán el fondo necesario para tu perro.
También hay que destacar que tendrá que comer más cantidad por el aumento de ejercicio y su aumento en el gasto energético, ¡no descuides esta parte! Y durante el camino, olvídate de piensos, latas o opciones light, necesitará todo lo que le puedas dar.
Antes de partir, tiene que estar desparasitado interna y externamente para evitar problemas, sustos y plaguitas, y en la mochila recomendamos llevar estos esenciales:
-Cartilla veterinaria.
-Chapa con su nombre y tú teléfono.
-Arnés o collar.
-Correa de canicross para tener las manos libres cuando lo tengas que llevar atado.
-En invierno o primavera, lleva una bufanda o cuello.
-Un chubasquero o toalla de secado rápido para evitar enfriamientos (incluso en verano)
-Comedero y bebedero plegable.
-Bolsas y dispensador de las mismas para las heces.
-Comida.
-Premios.
-Un juguete para los ratos de asueto.
-Una manta o cama enrollable.
-Crema protectora de almohadillas: Podemos usar un endurecedor antes de empezar cada etapa esperando a que se seque y, al finalizarla, limpiar bien las almohadillas y aplicar una crema hidratante como las que son a base de manteca de karité.
-Yodo para posibles heridas.
-Gasas estériles.
-Esparadrapo de papel.
-Suero fisiológico para limpiar heridas antes de desinfectar.
-Pinzas.
-Tijeras.
-Antiinflamatorios aptos para perros.
-Packs de frío instantáneo para zonas inflamadas o más calientes.
-Toallitas para limpiar los ojos.
-Protector solar si haces el camino en verano.
Si haces la ruta en verano es esencial que empieces y acabes tus etapas antes de las horas de más calor del día, para evitar quemaduras en las patas sobre asfalto, en la piel por el sol y los temibles golpes de calor. Lleva siempre mucha agua para los dos, que siempre beba todo lo que quiera y mójalo un poco cada rato.
Es posible que en verano no quiera comer durante la etapa, pero no pasa nada, dale su ración al terminarla después de un ratito de descanso y con un espacio de 2 horas antes de ir a dormir.
Los mimos y ánimos extra también ayudarán a su estado de ánimo y estrecharán vuestro vínculo en esta travesía que compartís. Además, es un buen momento para masajear columna y patas antes de dormir.
Hoy en día, gracias al trabajo de asociaciones como APACA, responsable también de que exista la credencial canina, cada vez son más los alojamientos pet friendly que podemos encontrar, eso sí, los albergues todavía no aceptan a nuestros peludos. Puedes consultar diferentes webs y blogs que recomiendan alojamientos o consultar los que tiene registrados APACA.
Una vez realizado el camino y con vuestras compostelas en la mochila, toca volver a casa. Una vez lleguemos, es recomendable otra visita al veterinario par que vea el estado general de salud del perro y realizar una desparasitación interna.
Pero, sobre todo, es el momento de descansar y disfrutar del vínculo reforzado que os habrá aportado este camino.
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