Falsos mitos: la humanización de las mascotas

Seguro que lo has escuchado alguna vez e incluso puede que lo hayas dicho: “no hagas (inserte actividad) que vas a humanizar a tu perro o gato y se portará mal, te pasará esto o lo otro”. Es cierto que queremos mucho a nuestras mascotas, pero ¿es realmente posible humanizarlas? La respuesta es sí y no, ¡depende de la situación!

¿Cuándo los humanizamos?

Muy al contrario de todo lo que hayas escuchado sobre el tema, los únicos momentos en los que humanizamos a nuestras mascotas es cuando proyectamos deseos, acciones y discursos humanos sobre ellos. Es decir, cuando tu perro rompe algo, hace caca o pis donde no debe, le pillas buscando en la basura, etc.  y dices “mira qué cara, sabe que lo ha hecho mal”.

Esto es un ejemplo clave de humanización, ya que tu perro o gato no ponen cara de miedo o inseguridad porque sepan que lo han hecho mal, la ponen porque notan tu energía, tu enfado o molestia. Ellos no saben que lo han hecho mal, sino que hacen cosas para satisfacer y calmar su ansiedad, dependencia, malestar, miedos, etc. Al vernos, reaccionan a lo que perciben de nosotros.

Otro ejemplo de humanización es cuando crees que el abrazo y los besos que les damos son una muestra de cariño en su lenguaje. Es cierto que muchos lo toleran y lo permitan, pero la realidad es que no es una conducta natural de la especie y a muchos les incomoda, sobre todo si ves que giran la cara, ponen el cuerpo tenso, se revuelven o, en caso de los perros, se les ve el blanco de los ojos. Todo esos son gestos de incomodidad.

Por otra parte, también es humanización cuando crees que tu perro o gato ha hecho X cosa que no te gusta porque te tiene rencor por una regañina anterior. Ahí se ve perfectamente la proyección de las acciones humanas sobre las de un animal, le damos significado humano a conductas que nada tienen que ver. Ellos no actúan por rencor, sino para satisfacer sus necesidades y encontrarse equilibrados.

¿Qué no es humanizar?

Lamentablemente, todavía existen muchas personas que piensan que ofrecer confort y bienestar a tu perro o gato es humanizarlo, pero para tu tranquilidad, nada más lejos de la realidad y todo dentro de tu justa medida

-¿Humanizas a tu perro si le pones un abrigo o jersey cuando hacer frío y él da señas de tener frío? No, no lo estás humanizando. Si tu perro tiene frío lo tapas y punto. Aplicamos lo mismo con taparlos con una manta para dormir. Si tienen frío y disfrutan de la manta le estás demostrando amor y proporcionándole confort. Cuidar a un perro no es solo darle cobijo y alimento, es atender a sus necesidades completas.

-Si tu perro o gato se sube al sofá o duerme contigo no lo estás humanizando, solo le das una alternativa más cómoda que te permite crear un vínculo mayor con él. Subir al sofá no lo va a convertir en un animal violento y salvaje, olvídate de chorradas de alfas y omegas y disfrutad juntos si así quieres que sea.

-Si hablas con tu mascota ¡no la estás humanizando! Al contrario, le das un refuerzo positivo y os entenderéis mejor.

-Si le cocinas la comida o le preparas deliciosos platos BARF no lo estás humanizando, estás poniéndole mucho amor e interés por su salud.

¿Cuándo te pasas de la raya?

Más que humanizar, hay ocasiones en las que abusamos un poco de nuestras mascotas como cuando los vestimos con ropas con las que están incómodos y no necesitan porque no hace frío; cuando les damos comidas que les perjudican por mucho que les guste el dulce o el salado, cuando no dejamos que interactúen con otros perros porque se ensucia o se re rompe la correa o atuendo… ¡Seguro que conoces algún caso!

Resulta curioso que cuando se trate de dar confort y bienestar a nuestros peludos digan que los humanizamos y, cuando proyectamos nuestros comportamientos en ellos no digan ni mu…

Lo realmente importante es cuidar bien a tu mascota y ya sabes cuando oigas en el parque “estas humanizando a tu perro” ¡desconecta y disfruta de tu paseo!