¿Me quiere mi perro?

Lo daríamos todo por ellos, son nuestros compañeros de vida, en lo bueno y en lo malo y muchas veces pensamos ¡solo le falta hablar! sin embargo, desconocemos mucho de su manera de comunicarse.

Los actos y comportamientos afiliativos son los que emiten los perros tanto para establecer y reforzar vínculos dentro de la manada como en la convivencia con nosotros, basando su convivencia en el respeto y la comprensión. En este post vamos a hablar de ellos para que aprendas un poco más sobre tu perro, mejores tu comunicación con él y sepas de una vez si tu perro es un pasota desapegado o si te está diciendo que te quiere a su manera perruna.

Las señales afiliativas pueden ser intencionales, por ejemplo. cuando el perro quiere comunicarnos algo de un modo activo y voluntario y no intenciones, que emplea involuntariamente pero nos da una valiosa información para saber la calidad de nuestra relación, así como su estado emocional y bienestar.

Señales intencionales

-Señales afiliativas.

Las emplean para reforzar la unión dentro del mismo grupo y para llamar la atención de otro individuo interactuando de un modo positivo.

Las señales afiliativas son diferentes entre perros y personas y existe una que usan solo en los humanos para decirnos que nos quieren: mirar a los ojos, que sería una señal de desafío hecho a otros perros o animales. ¿No es fantástica la capacidad de adaptación de los perros a la vida humana?

Si quiere pasar tiempo contigo, quiere dormir contigo y estar a tu lado (o sobre ti) en el sofá, si te quita ropa o zapatos y se los lleva su rincón favorito… ¡Te está diciendo que te quiere ativamente!

Otras de las señales afiliativas intencionales que te indican que tu perro te quiere y que quiere a otros perros con los que se encuentra es que te toque con la pata o la cabeza, que te empuje con el caño del morrito, invitar al juego con una reverencia, traer objetos de interés por voluntad propia, lamer la cara con pasión, mover la cola tranquilamente cuando está tumbado mientras te mira o mira a otro perro, ladrar con alegría, apoyar el peso del cuerpo en ti u otro perro, un contacto físico continuado, etc.

-Señales agonísticas.

Estas las usan para transmitir que quieren ceder o pelear en un conflicto, con nosotros u otros perros, para minimizar las ocasiones de que el asunto acabe en pelea, y lo hacen a través de señales de apaciguamiento y de amenaza. Es esencial comprender estas para evitar sustos, malos ratos para ellos y para darte cuenta de que esos vídeos tan divertidos que vemos en redes, realmente reflejan a perros pidiendo que se les respete y se les deje en paz porque no les gusta la situación (lo sentimos mucho por arruinarte estos vídeos…)

-Señales de apaciguamiento en perros. 

Estas las emiten para dar estructura en relaciones sociales, evitar conflictos en situaciones ambiguas o con tensión y para proporcionar una vía para volver a la calma:

Girar la cabeza a un lado o al contrario al que se le están acercando, mirar de reojo, no mirar directamente, los ojos de ballena (cuando se les ve mucha parte de la esclerótica), lamerse el hocico y la nariz, lamerte a ti o al otro perro con cuidado, gimoteos o lloriqueos, paralizarse, moverse lentamente, tumbarse, mostrar la barriga, pegar las orejas a la cabeza, meter el rabo entre las patas, levantar una patita y mantenerla en el aire (suele combinarse con lamidos de hocico, orejas pegadas y miradas de ballena) exponer la zona del cuello, meterse entre dos individuos, encogerse, etc.

-Señales de amenaza.

Cuando las señales de apaciguamiento no funcionan (o no las entendemos y respetamos) los perros pasan al siguiente nivel y aquí ya están enfadados por un comportamiento inadecuado o abusivo, son señales ritualizadas y permiten evitar una agresión real, por lo que hay que entenderlas para saber cuándo intervenir.

Que emitan estas señales no es un problema, son un gran recurso para evitarlos y mantener una buena comunicación y convivencia en la manada o en la familia por lo que nunca hay que castigarlas, sino que hay que analizar a situación para ver qué les parece abusivo: mantener recursos, un contacto físico abusivo o desagradable para ellos, mantener buenas formas sociales, respetar espacios de convivencia, etc.

Estas son algunas de las señales más comunes: marcar con un mordisco, levantar los belfos (enseñar los dientes), mantener el rabo alto y tenso acompañado de movimientos rígidos y cortos, gruñidos, cuerpo tenso, erizarse, empujar, apoyar la cabeza con tensión en el cuerpo del otro, mantener la mirada fija con otro perro mientras se acerca, etc.

Eso sí, también hay razas de perros que usan señales de apaciguamiento como afiliativas (como los border collies) o de amenaza como afiliativas (en el caso de los muy amigables boxer), por lo que también es importante conocer el temperamento de la raza o cruce de razas de nuestro perro.

Señales no intencionales

-Señales o conductas de bienestar.

Cuando los animales tienen sus necesidades de supervivencia cubiertas: comida, bebida y cobijo, y se sienten seguros, quieren mejorar su bienestar. Cuando aparecen estas conductas es indicativo de que tienen calidad de vida y equilibrio emocional: el clásico revolcón en la hierba, descansar “desparramados” y boca arriba, descansar en espacios abiertos, descansar “en medio”, etc.

Cuando estas acciones son habituales, podemos decir que el perro está satisfecho con su vida y su “dolce far niente”.

-Señales de incomodidad.

Nuestros perros las usan para calmarse a si mismos en situaciones que les estresan para encontrar una salida alternativa.

Estas son las señales más habituales: olisqueo, cuando los machos marcan con orina, autoaseo, beber agua, etc.

Como puedes ver, la lista de la comunicación canina es amplia y da para mucho estudio, pero con estas bases, podrás empezar a educarte mejor para analizar cómo es tu relación con tu perro, como se relaciona con otros perros y cómo y cuándo te pide ayuda, cuando quiere que pares o paren y cuando la cosa pasa de castaño a oscuro, esencial para saber intervenir correctamente si nos lo dice a nosotros o si el otro perro “no lo capta”.