Hoy en día podemos encontrar en el mercado una amplia variedad de tipos de comida para nuestros garos: pienso, latas, bolsa, BARF, cocinada y, como buen dueño o dueña de gato que eres, seguro que quieres darle la mejor opción dietética para tu felino.
Los gatos son animales estrictamente carnívoros cuyo cuerpo está preparado para obtener casi toda el agua necesaria de la comida que ingieren, por lo que, cuando ofrecemos pienso, desajustamos el funcionamiento natural de su cuerpo y su función renal, siendo muy común la aparición de problemas renales.
Además, como hemos dicho, los gatos son estrictamente carnívoros, por lo que hay que evitar por completo cualquier tipo de pienso o lata cuyos primeros ingredientes en la lista sean cereales o verduras, ya que esto provoca a la larga serios problemas en la salud de los gatos.
La comida seca o pienso para gatos llegó al mercado a finales de los años 50 del siglo pasado bajo una marca que aún existe, Whiskas, por lo que nuestros gatos se alimentaban de un modo mucho más natural desde que los domesticamos hace millones de años, la caza de roedores y pequeñas aves o comiendo los restos de nuestras carnes y pescados.
Hoy en día podemos encontrar estupendas opciones en latas y patés para gatos, así como volver a los orígenes ofreciéndoles una dieta BARF o natural cocinada que contenga todos los líquidos y nutrientes que necesitan para mantener los mejores niveles de hidratación, así como todos los minerales, proteínas y oligoelementos que necesitan para estar en plena forma ¡cuántes enfermedades renales y urinarias no se darían pasando a una alimentación húmeda!
Los gatos alimentados con comida húmeda beben menos agua ¡porque no la necesitan! Este tipo de comida contiene un 60% más de agua que el pienso y como hemos dicho, es una dieta muy nutritiva cuando es 100% carnívora.
Otra de las ventajas de la alimentación húmeda en gatos es que es más sencillo controlar la cantidad, ya que es un formato que te permite controlar visualmente la cantidad de comida que debe comer cada gato al día, ya que el volumen de la comida no da pie al engaño como sucede con el pienso que, al ocupar menos, se tiende a dar de más. Con la comida húmeda una vez decidida la cantidad siguiendo las indicaciones de la lata o del porcentaje determinado de dieta BARF o cocinada, no hay espacio para el error.
También hay que hablar del gran efecto saciante que tiene la comida húmeda, BARF y natural cocinada, ya que al tener las mismas calorías pero un mayor volumen y agua, el gato se siente saciado antes, comiendo menos cantidad de la que comería con pienso y atormentándonos menos cuando ve nuestra comida. Además, al ofrecer diferentes texturas se incita a comer incluso a los paladares más exigentes, solo hay que prestar atención a sus preferencias.
Esto es un dato muy interesante para aquellos gatos que estén esterilizados ya que tienden a comer más y también para los gatos son sobrepeso u obesidad. Se sacian más y se alimentan mejor. Asimismo, y al igual que sucede con el pienso, podemos encontrar dietas húmedas medicalizadas para aquellos que las necesiten.
El único inconveniente que tiene la dieta húmeda es que hay algunos gatos que, si no han comido húmedo desde pequeños, no toleran bien el cambio, pero con paciencia y una buena planificación, se puede conseguir que transicionen a una dieta mejor planteada y mejor para ellos. Lo mejor en estos casos es asesorarte con un nutricionista y tu veterinario para que te den pautas y trucos que te permitan conseguirlo.
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