Seguro que muchas veces te has preguntado cómo ven los perros: ¿lo hacen como nosotros? ¿perciben colores o ven en blanco y negro? ¿es verdad que su visión es mejor por la noche?
En este artículo vamos a intentar responder todas estas cuestiones, así que ¡sigue leyendo!
Cuando hablamos de cómo vemos no podemos dejar de lado qué elementos anatómicos están relacionados con la visión.
Sin entrar en muchos detalles acerca del funcionamiento del ojo, debemos saber que hay dos elementos básicos para percibir nuestro entorno a través de la vista: los bastones y los conos, dos tipos de fotorreceptores que se encuentran en la retina de la mayoría de mamíferos. Los primeros se encargan de la visión en condiciones de poca luz, también conocida como visión escotópica, que nos permite distinguir elementos pero no discriminar el color, mientras que los segundos, son menos sensibles a la cantidad de luz pero posibilitan que distingamos los colores y tengamos agudeza visual, es decir, la percepción de detalles. De esta manera, la cantidad de unas células u otras en la retina determinará el tipo de visión.
Durante mucho tiempo se pensó que nuestros amigos peludos veían solo en blanco y negro, pero actualmente, sabemos que los perros tienen una presencia de bastones bastante superior a la de conos, pero no carecen de los mismos, entonces, conociendo la información del apartado anterior, podemos entender mejor cómo será su visión.
Seguramente ya lo habrás deducido: el tipo de visión que tienen los perros es muy distinta a la que tenemos los humanos y esto influye en cómo nos relacionamos con ellos, así, podemos tener en cuenta aspectos como estos:
Su forma de percibir los colores hace que cuando le lanzas una pelota o cualquier otro juguete de color amarillo en el césped, le cueste encontrarla porque no los distinguen. Y lo mismo pasa con el rojo y el naranja. Entonces, lo ideal es que, si le compras juguetes de colores, elijas uno de color azulado.
Su capacidad de detectar movimiento es tal que distinguen microgestos que hacemos o cambios leves de postura que a ellos les dice mucho, mientras que nosotros a penas nos damos cuenta. Esto explica cómo parecen saber, por ejemplo, que vamos a salir de casa o que queremos darle un medicamento que no les gusta.
Si convives con estos maravillosos seres ya te habrás dado cuenta de esto que te contamos y esperamos que te hayamos ayudado a comprenderlos mejor.
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